Del hecho al dicho

lunes, febrero 20, 2006

Lunes mal......

Me dijeron que las promesas deben cumplirse, me dijeron que si vas a la iglesia no podés prometerle nada pequeño o aquello que no te va a generar al menos un sacrificio a cualquiera de las figuras que allí se encuentran. Esto es: si vas a decirle a la virgen que te ayude no podes negociar prometiendole que vas a hacer algo que forma parte de tu rutina diaria, tipo llegar todos los días a las 9 am a la oficina. No es lógico que ella se porte bien con vos por esa mísera acción de llegar temprano cuando el que en realidad está más contento es tu jefe. Entonces, "hacer una promesa" se conforma de un compromiso que supone cierto hecho fuera de lo normal, fuera de tu agenda se diría.

Si te resulta fácil prometer pavadas para lograr cosas de a poco la credibilidad se pierde y es un hecho que dejas de tener margen para prometer hasta la más mínima pavadita. Eso es un ciclo que no falla, a menos que tengas un listado enorme de virgenes y angeles a quienes cada vez, prometerles cosas; a menos que tengas tantos circulos amistosos como ganas de cagar gente te surjan.

Por favor no hagas promesas sobre el bidet
por favor no me abras más los sobres.
Por favor, yo te prometo te escribiré
si es que para de correr.
Por favor, sigue la sombra de mi bebé,
por favor, no bebas más, por favor no llorés.
Por favor yo te prometo te escribiré si es que para de llover.